Un verano en el Raval

junio 7, 2008

Hace un par de días hacia referencia a una actividad solidaria organizada por el Colegio Mayor Peñafiel (Valladolid).También me han enviado una entrevista a uno de los organizadores y he pensado que era una buena manera de celebrar las 100.000 visitas a este blog (gracias a todos). Os dejo con el texto.

«Francisco Virgili es profesor de Filosofía y Ética en un colegio de Valladolid. Es también del consejo de dirección del Colegio Mayor Peñafiel. Tiene 32 años y es un entusiasta de la natación. Tiene una sonrisa permanente y parece que se toma la vida también con mucha Filsofía: parece que para él es algo divertido. Este verano pasará una semana con varios universitarios en el Raval, un barrio de Barcelona.

Paco, ¿Por qué ir al Raval?

Quiero realizar una tarea de carácter social este con universitarios de Valladolid. Estuve en el Raval hace unos años y me asombraron las circunstancias del barrio y especialmente las necesidades de los chicos. Fue una experiencia apasionante. Quiero repetirla.

¿Qué tiene de especial el barrio?

Es uno de los barrios barceloneses con mayor demanda de acción social. Un alto grado de población es inmigrante, con graves déficits de todo tipo, que están generando guetos; y con una elevada tasa de desocupación, que provoca marginación. Varias instituciones, entre ellas Braval, están intentando paliar esta situación.

¿Qué pensáis hacer en el Raval?

Vamos a cooperar con “Braval”, una iniciativa de gente del Opus Dei con sede en el barrio, para ayudar fundamentalmente a los chicos de la zona. Como ya he dicho, las condiciones de vida no son las ideales.

¿Cuáles son los fines de Braval?

Eso nos llevaría mucho tiempo. Resumiendo se puede decir que integrar en la sociedad y en el mercado laboral a todos los chicos que viven en el barrio. Es un barrio céntrico de más de 40.000 habitantes y los datos de marginación de los chicos son alarmantes.

Una tarea abrumadora…

Ya lo creo. Para abordarla Braval cuenta con diversos y ambiciosos programas a lo largo de todo el año para lo que se requiere la colaboración de muchas personas, una gran dosis de paciencia y mucho trabajo.

¿Y se consiguen resultados positivos?

Se está trabajando a fondo y el resultado es que El Raval mejora. La inserción de los hijos de los inmigrantes, el voluntariado, la convivencia entre etnias, la reducción de la delincuencia… son objetivos de Braval que están repercutiendo ya directamente en la vida del barrio.

¿Vosotros qué vais a hacer?

Participar en el programa que Braval califica “de verano”. Se trata de conseguir que los chicos pasen el día en Barcelona y se comporten con normalidad, que se codeen con la gente, sepan utilizar los medios públicos, aprendan a manejar el castellano y el catalán…Todo esto no lo hacen en su barrio. La marginación es muy grande.

¿En qué ocupáis el tiempo?

Trabajamos con más de cien chicos entre los 6 y 16 años. Cada monitor se encarga de 5 ó 6 chicos. Los recogemos a las 9 de la mañana y vamos a Brafa, una obra corporativa del Opus Dei de carácter deportivo. Allí practican deporte toda la mañana. Se lo pasan en grande.

¿Y por la tarde?

Al salir de Brafa comemos unos bocadillos en algún parque. Esto también es muy instructivo: requiere orden, limpieza, compartir….

¿Y luego?

Fundamentalmente se pasea por la ciudad y se les va enseñando el significado de plazas, paseos, edificios…Visitamos el Tibidabo, Montjuic, el palacio de la Música, algún museo. También instituciones públicas como el Ayuntamiento o la Generalitat. Por cierto, que en la ocasión anterior coincidimos con Jordi Pujol, que conocía nuestro trabajo y se quedó muy impresionado al encontrarse con “la expedición”.

¿Y qué impresiones sacáis?

Sabemos que ponemos tan sólo un granito de arena. Pero son muchas las personas que trabajan y muy patentes los resultados que se obtienen. Es lógico que a nivel político o social se intenten atajar estas necesidades, pero sólo con gente entregada de lleno se puede llegar al corazón de las personas.

¿Por qué irse tan lejos? ¿No se puede realizar algo así en Valladolid?

Todo es cuestión de tiempo. En la ciudad ha comenzado a funcionar en algunos barrios Cooperación Social, una ONG de carácter aconfesional pero en la que participan bastantes creyentes. Ha sido también en parte iniciativa de algunas personas del Opus Dei, en su mayor parte jubilados y prejubilados».

Estamos en el mes más temido por los universitarios. En las próximas semanas muchos estudiantes se juegarán el curso en sus exámenes. Por esa razón, las horas de estudio se acumulan como nunca durante el año. Por ahí hemos pasado todos, pero los recién licenciados lo recordamos con una frescura especial: ¡¡¡Junio!!! El asunto es que después llega el descando: -¡¡¡Julio!!!-; que en muchos casos se prolonga hasta octubre (todos quieren librarse de septiembre). Me consta que la sala de estudio del Colegio Mayor Peñafiel, donde residí tres años, hecha humo durante estos días. Los residentes y amigos de estos hechan muchas horas concentrados en los distintos temarios. No obstante, sin desviar la atención de esos libros, muchos ya piensan en el verano. Las vacaciones son largas, por eso está bien dedicarlas a diversas actividadades, y entre ellas la solidaridad. Transcribo un correo que he recibido de un amigo del citado Colegio Mayor; se trata de un plan para el verano que demuestra que los jóvenes también saben pensar en los demás:

«Es difícil imaginarse que en pleno corazón de Barcelona se sitúe un barrio como el Raval, donde el paro, las drogas, la prostitución y la violencia son las notas más características. Este verano, unos cuantos residentes del Colegio Mayor Peñafiel, nos desplazaremos a la ciudad Condal para colaborar con la ONG “Braval”, institución que lleva años trabajando con los chicos del barrio para paliar su situación e intentar sacarlos de ese mundo».

«Por la mañana se harán diversos talleres con los chicos que nos propondrán los asistentes sociales y voluntarios de la ONG y, por las tardes, practicaremos el deporte rey con ellos en el pabellón del Raval. A lo largo de esa semana les acompañaremos a algún museo y terminaremos en el parque de atracciones del Tibidabo».

Hace unas semanas tuve la ocasión de asistir a una tertulia con Edwin Yabo, Agregado Cultural y Portavoz de la Embajada de Israel en España. Se trataba de uno de los numerosos actos culturales y formativos que organiza el Colegio Mayor Peñafiel, centro adscrito a la Universidad de Valladolid. Me invitaron en calidad de antiguo residente, ya que viví ahí durante tres años; los primeros como universitario. Guardo un buen recuerdo del lugar y, sobre todo, muchos amigos de esa etapa. El caso es que, tras una agradable comida pasamos a una gran sala donde el invitado, al que escuchábamos unas cincuenta personas, comenzó su exposición.

La tertulia duró algo más de una hora, y lo cierto es que mereció la pena. Aunque podría escribir mucho sobre lo dicho por Edwin Yabo, quisiera sólo centrarme en una: la sensación que tienen los israelíes de vivir en un constante estado de guerra. Esa presión, ese -real o no, pero ellos lo ven así- sentirse siempre amenazados nos ayuda a entender muchas d elas cosas que suceden en esos territorios conflictivos. Hay más claves, más motivos, más razones de índole histórica o política. Sin embargo, yo, que he leído algo -no mucho, claro- sobre la cuestión, no había caído nunca en eso.

Intentaré seguir sacando más artículos sobre este tema. Además, si vuelvo a pasarme por alguna de las actividades del Colegio Mayor -espero que vuelvan a invitarme, porque pasé un rato muy agradable- les mantendré informados.